DIVERSIDAD DE LOS CONSEJOS: MOTOR DE SOSTENIBILIDAD DE LAS EMPRESAS.

Ana Paula Fernández del Castillo Quintana

Directora General de ISD y Presidenta del Consejo de World Vision México

Hablemos un poco de Sostenibilidad, palabra que se ha puesto en boga en los últimos tiempos y de particular importancia en la administración de la empresa y en la responsabilidad de los consejeros que apoyan a las empresas. 

En términos del Grupo de Chicago (Chicago Boys), el objetivo de empresa es “la generación de dinero”, pero en realidad la empresa debe crearse en principio para satisfacer una necesidad de la sociedad a la cual sirve y en un concepto más amplio debe generar valor al producto que desarrolla y ofrece y en un proceso ulterior debe satisfacer una necesidad sostenible con los medios con los que cuenta. 

Analizado los orígenes de las sociedades, primero fueron las ciencias sociales, después las ciencias económicas y posteriormente las finanzas, y es evidente porque la primera intención del hombre fue la sostenibilidad, el mantenerse a si mismo, el subsistir en un medio desconocido en el que no podrían haber subsistido si no pensaran en ellos mismo. 

El concepto de sostenibilidad de la empresa actual se refiere a satisfacer las necesidades propias, sin comprometer las capacidades de las generaciones futuras, incluyendo la calidad del producto, el medio ambiente y el bienestar social. Es difícil entender este concepto, pero en términos generales debemos estar conscientes de que las sostenibilidad de la empresa es la necesidad de equilibrio entre satisfacer las necesidades de la empresa, el medio ambiente y el bienestar social. 

La economía del bien común es el gran reto de la empresa y del Consejero Independiente, que deberá convertirse en el motor de cambio de la estrategia de sostenibilidad de la empresa

La empresa debe ser creada para satisfacer un propósito el cual debe desarrollar, agregarle valor y bienestar a quienes integran la empresa. Si consideramos que el dinero es un valor conceptual y que un billete o una moneda no tiene valor “per sé” mayor al valor del papel y el metal que la integra, lo que le da valor al dinero es el acuerdo convencional o psicológico que la sociedad le otorga. 

Un billete o una moneda mexicana no tiene ningún valor en otro país, por lo que debemos pensar que el agregar valor a una empresa y sus productos, se determina en función de la calidad, el respeto al medio ambiente que la rodea y la generación de bienestar al personal que integra. El logro de estos en la empresa normalmente redunda en dinero.

El Consejero de las Empresas es el que se encarga de definir qué se vale y qué no se vale, y hasta podemos decir que el Consejo de Administración de la Empresa debe ser heterogéneo en todos los sentidos. En él deben participar personas con mucha experiencia, personas jóvenes, personas de diferentes diciplinas como conocedores de tecnología, finanzas, organización, ingeniería y deben participar hombres y mujeres. 

Hay una razón muy simple, esta heterogeneidad será el motor de cambio de la estrategia de la empresa, en busca de la innovación, la diversidad, el crecimiento, la adecuación a los tiempos y el bienestar de los empleados y del medio ambiente. La diversidad, permitirá el cambio y la fortaleza de la empresa de manera natural. Por ejemplo: si todos los miembros del Consejo son hombres mayores, desarrollados en el sector financiero, con orientación hacia en manejo de flujo de efectivo, los conceptos de innovación, definición de nuevos métodos de trabajo, la diversificación y de bienestar social de la empresa no serán factibles y el capital de la empresa no podrá reflejarse en la administración. Consecuentemente su vida y permanencia muy probablemente estará destinada a ser corta. 

El capital de la empresa no se mide sólo en dinero ni en bienes, el capital de la empresa también está constituido por otros factores muy importantes:

  • El Capital Intelectual, representado por el conocimiento de su equipo, tanto la planta ejecutiva como la planta productiva.
  • El Capital Social y Político, representado por el nivel de relaciones de los funcionarios y socios.
  • El Capital Industrial y Tecnológico, representado por la maquinaria equipo y sistemas que se integran en el manejo de la empresa.
  • La Gobernanza, representado por el bien-conducir de la empresa, la consultoría de los consejeros y la vigilancia de las normas éticas y de operación.
  • El Capital Humano, que no debiéramos llamarlo de esa manera, ya que la persona no es un fin, es un medio, y en base al bienestar de este medio podemos lograr la salud de la empresa en lo productivo, financiero y económico.

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